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¡El nuevo responsable del desorden no es Tchouaméni! | Marca

Este Madrid es otro, no hay lugar a dudas. El equipo blanco siempre nos había llevado a reescribir las crónicas por sus espectaculares remontadas, no por las de sus oponentes. El Celta, junto con la desconexión del Madrid que creía tener la eliminatoria asegurada, obligó a un cambio de rumbo. Ancelotti, quien no es muy propenso a realizar modificaciones, percibió la situación tan resuelta que con un 2-0 en el marcador decidió sustituir a sus tres mejores jugadores: Mbappé, Brahim y Modric. El equipo se desmoronó al recibir el mensaje de misión cumplida, no debido a la calidad de los futbolistas que entraron: Camavinga, Güler y Endrick. Con goles en el 83' y el 91', el Bernabéu y el propio Madrid entraron en un estado de pánico que condujo a una prórroga totalmente sorpresiva. Mientras el Barcelona y el Atlético desmantelan a sus adversarios sin piedad, el Madrid sufre. Algo no está funcionando del todo bien en el equipo blanco.

La noche en el Bernabéu fue de las más raras que se recuerdan, una montaña rusa constante tras la manita del Barça en Arabia. Porque el duelo ante el Celta empezó con bronca a Tchouaméni, Ancelotti y Lucas, tuvo fases de reconciliación hasta con los árbitros tras obviar un penalti de libro en la jugada previa al 1-0 y acabó en infarto con una prórroga que en la primera parte pudo caer del lado del Celta... y que acabó en una goleada a base de golazos. 

Pero el 5-2 final no puede ocultar las carencias del Madrid, al que la temporada se le va a hacer larga de ser así. Pese a lo que diga el Bernabéu, el responsable de todo no es Tchouaméni...